Hallada en el Castillo de Viguera una lucerna única en la Península Ibérica
Presenta «una decoración estampillada mediante punzón de dobles círculos sogueados». Así explica la sigularidad del hallazgo José María Tejado, profesor de Historia Medieval de la Universidad de La Rioja Esa decoración «completamente inédita» junto a su cuidada elaboración, le confieren «un carácter de lujo» y la hacen única respecto a las piezas descubiertas hasta el momento.
El Castillo de Viguera se encuentra en el municipio riojano del mismo nombre y su función militar la confirma el hallazgo de armas de diferentes épocas (proyectiles, hondas, plumbatas), así como un índice «anormalmente elevado de individuos con fracturas óseas allí enterrados».
De época romana se ha recuperado vidrio muy fino, monedas acuñadas hasta el 395, cerámicas grises de buena factura, cerámicas estampilladas, hueso finamente trabajado e, incluso, instrumental médico (un bisturí y una sonda simple de bronce).
Junto a todo ello ha aparecido también una lámpara o lucerna, con unas dimensiones de unos 10 centímetros de diámetro, «derivada de disco, de pasta anaranjada, dura, fina y bien decantada», explica Tejado, y que «presenta un barniz igualmente anaranjado, homogéneo, espeso, consistente y bastante bien conservado que alcanza el interior del depósito».
No han aparecido ni el pie ni el asa, si bien la principal novedad, que la hace única hasta el momento, es «una decoración estampillada mediante punzón de dobles círculos sogueados» que es «completamente inédita en las lucernas tardías hispanas». Todo ello, en definitiva, «le confiere, junto a su cuidada elaboración, un carácter de objeto de cierto lujo», señala José María Tejado.
En este aspecto abundan los autores en el artículo al detallar cómo esta decoración «para dar realce a una pieza, de superior coste» no solo estaba destinada «a objetos de mayor porte y representación como fuentes, platos o cuencos», sino también «en productos menores como esta lucerna».
Creada en un taller profesional de alfarería
Esto indica «un cierto grado de apego a lo sofisticado, incluso en piezas secundarias del ajuar diario, en medios tan insólitos y hostiles como esta fortaleza militar en altura», como es el Castillo de Viguera.
Por otro lado, Tejado advierte que «este tipo de decoración evidencia un cambio en la tendencia que aquí se trunca» por cuanto hasta este hallazgo «las lucernas romanas de Hispania compartían un repertorio común» tanto en la temática como en lo formal.
En el terreno de las hipótesis, los autores del artículo otorgan un «origen mesetario y, en particular, del valle del Duero» a la lucerna. «Sin duda, de un taller profesional con alfareros que conocen bien no sólo la técnica del torneado, sino el decorado, barnizado y cocción de las piezas», datándola en la primera mitad del siglo V «con huellas de un uso prolongado en el tiempo».
Fuente: cadenaser.com